Kobido: Lifting facial japonés
- Rocío Fernández
- 10 abr 2022
- 2 Min. de lectura
Kobido significa “antiguo camino de la belleza”. La leyenda dice que durante siglos fue una de las terapias favoritas de las emperatrices japonesas que lucían como porcelanas. Hoy es una técnica renovada, ideal para quienes buscan quitarse unos años sin acercarse al bisturí.

Se cree que el masaje kobido nació en el Japón guerrero. Los samuráis, al parecer, se daban masajes en la cara para calmar la mente después de arduas batallas y potenciar su fuerza interior. Sin embargo, una emperatriz notó que este tratamiento producía una apariencia luminosa y que, además, calmaba los dolores de cabeza. La soberana se llevó la idea a la casa imperial y a partir de entonces se puso de moda entre los miembros de la realeza.
Kobido es otro masaje de la rica tradición oriental. Consiste en una serie de fluctuaciones entre movimientos rápidos y lentos para mejorar la circulación más profunda del rostro, el cuello, los hombros y la parte superior del pecho.
Beneficios:
Alivia las migrañas o los dolores de cabeza comunes.
Evita la rigidez facial.
Mejora la circulación.
Disminuye algunos problemas en el sistema digestivo como el estreñimiento.
Reduce los efectos del bruxismo.
Favorece la vista por el estímulo en las zonas cercanas a los ojos.
Combate el estrés.
Apto para todo tipo de piel: normal, seca, grasa o acné. Adecuado tanto para hombres como mujeres. No tiene ninguna contraindicación.

¿Qué técnicas se utilizan?
El Kobido es un masaje completo del rostro, el cuello, los brazos y el escote, compuesto por una multitud de maniobras manuales: alisado, amasamiento, drenaje, pellizcos, etc. Estos gestos mejoran la circulación sanguínea y energética, favorecen la eliminación de toxinas por el sistema linfático, tonifican los músculos y liberan el rostro de la tensión y el estrés que son las principales fuentes de las arrugas.
¿A quién va dirigido este tratamiento?
Es adecuado tanto para hombres como para mujeres y es apto para todas las edades. Todo el mundo necesita ser mimado, ¿verdad? Sin embargo, para obtener los mejores resultados, es mejor empezar lo antes posible, preferentemente a partir de los 30 años.
¿Cuántas sesiones se necesitan?
Tres sesiones en el primer mes, y después una sesión al mes. Esto ayuda a reducir las líneas de expresión y a trabajar la musculatura del rostro. Pese a que se trata de un masaje antiedad, el objetivo de este masaje no es conseguir un efecto antinatural, sino acompañar a la piel durante el proceso de maduración, por lo que con él conseguirás mantener la piel tersa y el óvalo facial bien definido durante más tiempo, pero no una paralización de la musculatura como consigue el bótox, por ejemplo.





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